lunes, enero 01, 2007

Rumbo a París

Voy sentada junto a papá en la cabina de mandos de nuestro Boeing 747, recién horneado de fábrica. Y todo huele a nuevo, los asientos, el plástico, la moqueta, y hasta las azafatas, porque cuando me besan el cuello les huele a nuevo. Pero papá tiene ese mismo aroma a nuevo, como una mezcla de perfume francés, viento fresco, y mucha limpieza, asepsia que dice mamá, aunque la verdad, no sé de donde se ha sacado esa palabra. Vamos ya rumbo a París, es mi primer viaje fuera de mi ciudad, Madrid, y estoy desatada.
Papá dice que París es una de las ciudades más bellas del mundo, que es la capital francesa, y está en una región llamada Ille de la France. Hay mucha gente allí, unos dos millones de personas, y dice papá que allí reside la quinta parte de todas las personas que ocupan Francia. Son las 11:00, y llegaremos a París en apenas dos horas, con este reactor que lleva papá. Federico es el copiloto que siempre acompaña a papá, y yo veo que Federico le hace caso en todo, en cada palabra de papá, en cada gesto, y cada diez minutos aproximadamente le confirma Fede que las coordenadas son correctas, y le cuenta la proximidad y ruta de otras aeronaves cercanas. A mí me da respeto todo esto, pero a la vez me atrae como un imán. Yo sólo veo nubes esponjosas y blancas, y un cielo tan azul que podría escribir y dibujar con mis yemas sobre el.
Llevo unas Ray-Ban que papá me ha comprado en el aeropuerto, porque aquí la luz es mucho más intensa que en el cacho de tierra de abajo, donde ahora vive mamá esperándonos con sus amigas pichis. Estoy muy guapa, eso le dice papá a Federico sonriéndole. Federico es muy simpático, porque me hace mucho caso y además me trata como si yo fuera una persona mayor, o al menos eso es lo que a mí me parece.
Por fin hemos llegado a París, papá lo avisa por megafonía. La ciudad de las luces la llaman todos, las azafatas, papá, Federico, y es verdad, aquí hay mucha pero que mucha luz. Será que la luz de verdad, la entera, sólo llega a París?. Estamos bajando con el avión al aeropuerto Charles de Gaulle, informa papá de nuevo a los pasajeros. Yo me he agarrado muy fuerte a la espalda de papá, como hace la mochila al paracaidista, porque tengo mucho miedo. Pero papá se ríe – jajajajajaja – y me tranquiliza. Los dientes me castañean, y mi cuerpo es el de un esqueleto agitándose, y para vencer este miedo, le pregunto a papá.

- Papá ¿ quién era Charles De Gaulle? – mientras veo como papá va acercando el volante hacia su pecho al descender a París, la verdad no sé como se aclara, que trajín se lleva con el dichoso volante.
- Fue un oficial francés al que le gustaban mucho los tanques, y que llegó a ser presidente de la república francesa. Tiene una frase muy bonita Cleo, que dice así, “ Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien si los cree”, y escribió un libro titulado “Memorias de la guerra”. Pero eso a ti, ahora no te interesa.
- ¿ Qué son las guerras, papá?, he oído hablar de ellas, pero no sé qué son, ni quién son?
- Son algo muy feo que ha inventado el hombre, Cleo, y la verdad, ni el hombre mismo sabe por qué la ha inventado.
- Son como niños, papá, por eso la han inventado, para jugar y esas cosas que hacen los niños.
- Pero a ti, Cleo, no te he visto nunca jugar con tus amigos, Manolito, Cuquí y Ponpón a las guerras.
- Que a mí me gustan las muñecas papá, me vuelven loca. Pero ellos cuando están juntos juegan siempre a los territorios, que a mí me extraña, porque toda la tierra está en un mismo sitio, y no sé por qué hay que separarla tanto, y siempre están con pistolas, y con tirachinas, y con dragones de plástico, todo tan agresivo papá.
- Ya pero si estuvieran siempre jugando con muñecas también te extrañaría, no?
- Manolito sólo juega con muñecas, es un primor, y no me extraña nada, nada, nada......Mira papá, mientras los niños jueguen con pistolas y a los territorios, siempre habrá guerras, así es que no me convences, prefiero a un Manolito jugando siempre con el Lucas – osease el novio de la Nancy – O a un Manolito jugando con la Nancy el Lucas a la vez, jajaja......
- Sí Cleo, jajaja......

Y por fin papá con su volante ha aterrizado junto con Federico, el guapo de Federico – se parece mucho al Lucas -, y han aparcado el 747 - que aún no sé por qué se llama así - a la vez. Porque yo veo que papá y Fede hacen todo a la vez, con una simetría exacta, como dos mellizos o dos gemelas, como los hijos de Teru - pichi amiga de mamá - que se llaman Cuco y Cuca, y que siempre todo lo hacen igual.

Y ya estamos descendiendo por la escalera del avión y comienzo a respirar muy hondo...........YA ESTOY EN PARÍS........PARÍS.......OLALÁ.............................


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