sábado, enero 27, 2007

Sevilla.....y Olé.....

Ya estamos descendiendo con nuestro 747 al aeropuerto San Pablo de la ciudad de Sevilla. El cielo camina muy claro, apenas unas nubecitas nos saludan bostezando en esta mañana, quizás es demasiado temprano para ellas. Yo con papá y nuestro 747, me estoy acostumbrando a los madrugones y trasnocheos, que a mí el trasnochar me encanta. Porque cuando acaba el día tienes acumulados todos los sentimientos que has ido acumulando durante la luz solar, y es muy agradable contemplarlos sobre la oscuridad y la tranquilidad que te proporciona la noche. Papá llama a un taxi que nos llevará a un hotelito llamado “Las casas de la Judería”. La verdad debe de ser carísimo, pero papá dice que cara es la mortaja que del cielo baja.

- ¿ Qué es eso de la mortaja, papá?, y ¿ por qué del cielo es que baja ?.
- Nada Cleo, es un dicho, cuando seas más mayor ya aprenderás su significado....... Ah y no la apuntes en tu libretita de la pantera rosa de palabras raras, lo tuyo ahora es soñar con papá..... vale ?
- Vale, pero que conste que me has dejado mosca papí. Y cuando me pongo mosca, soy muy muy cojonera.....
- ¿ Qué dices..... ?
- Cojonera papá, que quiero saber todo lo que tú sabes. Además ya lo he decidido, voy a ser pilota 747 y escritora. Por eso, aunque tú no lo creas, tengo que entender cada palabra y su significado. Ea...... papá, vamos a echarnos un flamenquito.

Y es que detrás de la verja del hotelito y sobre el jardín de la entrada, hay un bailaor llamado Faluquito, que se mueve como un ángel, y al taconear se eleva con sus brazos de la tierra, y se va hacia el infinito. Y cuando gira sobre su propio cuerpo, el vuelo de su blusa en libertad te hace flotar, igual que nuestro 747. Papá levanta los brazos como si sostuviera un jarrón de arena sobre su cabeza, y pone un poco cara de circunstancias, no sé si se ríe o si llora. Así es el flamenco, risas llenas de lágrimas y alegrías invadidas de lamento. ¿ Será que esta tierra a la vez que ríe llora ?, esto no pasa en el cacho de tierra donde está mamá, allí o ríen o lloran, pero nunca lo hacen a la vez, apenas lo hace alguno o alguna que está chaveta y que tenía que haber nacido en el sur, que tiene alma de Sur. Me encanta a mi este flamenquito, porque siento que en cada paso mis pies aflojan las raíces que tienen sobre la tierra, y puedo darles un poco de aire y libertad. Y a cada paso mis pies siembran semillas, para que nazcan flores y árboles, que aquí en este clima es donde mejor habitan, y te llenan el alma de aromas de azahar que no dejas de respirar y reconocer a cada instante. Faluquito viene a nuestro encuentro y me dice;

- ¡ Niña !, Cómo te llamas ?.
- Cleo, para servirle....
- Mira Cleo, tienes que sentir que eres el aire, que eres una flor, un árbol que se mueve. Que el aire acaricia tus pétalos, que es capaz de mover el tronco de tu árbol, sabes....... tu árbol está muy aburrido de no poder caminar.....
- Elé Faluquito........ así soy........ Soy pétalo de orquídea...... Soy rama que se agita...........Soy árbol que camina !!!!!
- Muy bien mi niña !!!!
Veo como papá se esfuerza por moverse algo decente, pero es un patoso.......Papá levanta sus brazos, colocándolos encima de su jarrón de arena, y me coge a retazos sobre la cintura....... jajajaja.

Qué hotel tan bonito, pequeño y a la vez grande. Hotel pintado en un amarillo que se balancea y te hace suspirar hacia todas las gamas posibles del amarillo, como pocho y a la vez muy fuerte, como lleno de luz y a la vez de sombras. Lleno de esperanza y a la vez soñando todos los caminos posibles sobre la tierra. Eso me ha parecido la luz del color de Sevilla, una luz que me invita a traspasar todas las fronteras y todas las luces del universo. Como buena costumbre de papá, permaneceremos aquí unos diítas, para ascender de nuevo sobre los cielos rumbo a New York. Me he comprado en Sevilla un nuevo libro para leer, titulado
http://unhombredepago.com, de una escritora que se llama Neus Arqués, que es catalana y muy muy agradable. Para leerlo en el avión y dejar suspiros en cada página, mientras nuestro avión nos dirige hacia la gran manzana. Un besito de Cleo.....



domingo, enero 14, 2007

África y Babumbu

Cuando yo, niña Cleo, nací, allá, jajaja, en el año 1963, un 6 de diciembre para ser más exacta, Freya Stark, tenía 70 años de edad, incansable viajera y escritora. Una de las siete virtudes cardinales del viajero según Freya y para mí la más importante, es tener tan buen humor y tanta calma al final del día, ya en el crepúsculo, como al inicio del día, en el amanecer de cada alba. Estamos aterrizando en el aeropuerto de Tanzania, y la emoción me recorre todo el cuerpo, como toda la sangre que va circulando por mis venas hasta llegar a mi corazón palpitante, como el tuyo, tac-tac, tac-tac. Que belleza cuando el corazón nos palpita fuerte y luego va descendiendo la palpitación, conforme desciende la emoción, eso que sentimos tantas veces y tan a menudo, y siempre cargado de un sentimiento. Siempre que viaja a Tanzania papá, en vez de ir a un lujoso hotel preparado para los turistas, se instala entre la tribu de los Masais, y así lo hemos hecho, esta vez nos acompaña Estrella, una azafata muy amiga de papá. Estrella es muy simpática y siempre le sonríe a papá, le llama comandante incluso fuera del avión, a papá le encanta eso, yo se lo noto...... y para mí, siempre tiene en el bolsillo alguna chucheria de esas plastificadas con las que aprecian los tripulantes a los pasajeros, pero a mí me resulta muy plastificada esta Estrella, su sonrisa es plastificada, sus azules pupilas son plastificadas, las uñas de sus manos son plastificadas, y hasta las tetas las tiene plastificadas, no me gustaría nada tocárselas, y también es plastificada cuando llama a papá comandante. Y yo le pregunto.

- Oye Estrella, a ti cómo te gustan los hombres.
- Pues que brillen mucho Cleo, tu me entiendes no?
- A ver explícate mejor.
- Yo como te lo diría poéticamente, busco un hombre plastificado, resistente a la atmósfera y sus consecuencias, me gusta el plástico sabes....soy muy aséptica yo.
- Me parece que a ti Estrella lo que te gustan son los muñecos de goma, geypermanes plastificados, perdóname que te diga
- Ay, jajajaja, Cleo, Cleo.... cómo es tu niña comandante.


Babumbu, que es el encantador jefe de la tribu Masai, nos ha instalado a los tres en una chocita encantadora, disponemos de un baño con bañera, un lavamanos con jarra y espejo, y un retrete muy raro que es realmente como un orinal. La Estrella ésta lo lleva de un lado para otro como si se lo fuéramos a quitar, fíjate tú, que reliquia, pero la verdad es que esta niña debe tener meningitis o algo, porque no cesa de utilizarlo. También la chocita dispone de dos preciosas habitaciones, con sus camas con doseles de seda para protegernos de la mosca Tse-Tsé. Yo tengo mucho miedo de que me pique y me entre ese sueño inacabable del que todos hablan, pero Babumbu me ha dicho que no debo preocuparme porque él ha matado a todas. Que alivio. Todos los muebles y mueblecitos de la chocita están hechos a mano dice papá, y la verdad es que están hechos con una perfección y un arte exquisitos. Hemos salido a cenar a una terraza cubierta que hace de restaurante, donde hay muchísima más gente que ha viajado hasta aquí, y nos han dado una sopita deliciosa aunque un poco fuerte. Babumbu se ha sentado a mi lado durante toda la cena, y me explica que ellos los Masais viven en llanuras como estas, sus casas son chozas de ramas muy lujosas, dice que todos los turistas vienen con sus portátiles e incluso disponen de internet, por unas grandes antenas que Bambubu llevo para su pueblo. Y yo le pregunto.

- Babumbu, y de qué vive tu pueblo.
- Nosotros Cleo nos dedicamos a mirar las estrellas en la noche, y durante el día aprovechamos y disfrutamos de la luz solar para cuidar nuestras reses de ganado, de las que vivimos, para nosotros ellas son parte de nuestra familia, de nuestro pueblo, y como nómadas que somos nos trasladamos dondequiera que sean mejores las condiciones para nuestras reses.
- Pero si luego las matáis, por qué las cuidáis tanto.
- Cleo, hay que cuidar y mimar lo que nos procura la existencia, es decir el alimento, y cuanto mayor sean nuestros cuidados hacia ello, mejor serán nuestros frutos. El ganado nos da leche, sangre y carne, cuero y pieles, te parece poco...
- Qué va, eso es mucho. Y por qué miráis tanto a las estrellas en la noche, y el sol durante el día.
- Vosotros no entendéis porque lo hacemos, lleváis una vida muy diferente. Bueno, tú ahora Cleo has cambiado mucho tu vida, ahora con papá tu vida va a ser mucho más afortunada viajando tanto. Los Masais entendemos que el hombre sobre la tierra tiene una misión, y esa misión casi única, consiste en la contemplación mística de la naturaleza en la que se incluyen los animales que la habitan. El hombre Cleo apenas nos interesa. Un niño Masai debe comenzar a aprender desde pequeño todos los movimientos que realiza el sol hasta llegar cada día a su ocaso. Un niño Masai tiene que realizar el sublime rito de la iniciación.
- Iniciación, qué es eso Babumbu? - veo como la plastificada de Estrella se ha puesto un burka para protegerse de los mosquitos, creo que papá la mira estallándole constante signos de interrogación sobre los ojos. Creo que papá está harto del plástico de Estrella, y cualquier día la mandará a la merde..... y yo me reiré jijijijiji......
- El rito de iniciación Cleo, convierte a los muchachos de dieciséis años en jóvenes guerreros. Los jóvenes son circuncidados al amanecer y recluidos juntos, pero cuando la herida está ya cicatrizada, los jóvenes se dedican a cazar pájaros con los que decoran su cabeza previamente rapada. Pero todavía no se consideran guerreros hasta que su pelo crece y entre ellos, de unos a otros, se hacen pequeñas trenzas.
- Pero qué es eso de que son circuncidados.
- Se trata Cleo de una simple incisión en la colita de los hombres
- Ahhhhh ya.......yo sólo he visto la colita de Manolito, mi amigo, que está en el cacho de tierra del otro lado de este charco. ¿ Y no les visitan nunca las niñas a estos chicos?.
- Si, Cleo, en estas aldeas pueden ser visitados por las jóvenes que deseen tener relaciones con ellos, pero no podrán casarse hasta quince años después, cuando ya pasen a la edad adulta. Durante esta etapa aprenden todas las tradiciones, y se ejercitan en la fuerza y el valor. El guerrero que logra matar a un león con su lanza, lucirá la melena del animal, y será respetado. Pero han cambiado mucho los tiempos incluso aquí Cleo, y hoy en día los Masais estudian y regresan a las escuelas tras la circuncisión.

Nos hemos ido junto con Papá, Estrella y Babumbu a divisar las estrellas, que desde aquí todavía me parecen más bellas que desde la cabina del avión de papá. Y yo me he ido a dar una vueltecita para jugar con los niños y niñas de esta tribu, para echarles un vistazo, la verdad, todavía no sé si me gustan los niños o las niñas, pero papi me dice que eso es normal. Además Malibu mi amiguita de juegos y de amores, se ha quedado en el cacho de tierra del otro lado del charco, y yo necesito una niña nómada de amor, que su alma no tenga fronteras, que espero encontrar pronto. Seguiremos aquí en Tanzania toda esta semana, y el domingo nos vamos rumbo a Sevilla...... Sevilla y Olé......

sábado, enero 06, 2007

Edith Piaf

Ya estamos en el barrio de Pigalle, en pleno Montmartre, en un hotelito muy bohemio y acogedor llamado “La vie en rose and edith Piaf””, justito al lado del Moulin Rouge. Yo no sabía nada sobre la vida de esta cantante parisina, pero el hotel es un homenage a ella y te ayuda a conocer su vida de una forma natural, tan natural, que yo, que soy una niña, creo que he conocido y conozco a Edith Piaf de toda la vida. Voy ascendiendo con papá las escaleras para llegar a nuestra habitación, mientras veo que todas las paredes están llenas de fotos de ella. Qué guapa que era, y qué mirada tan profunda y a la vez en el abismo. Los pasillos también la contienen, y la moqueta del suelo, y sobre el cielo del techo están en francés las letras de sus canciones. La dueña del hotelito nos acompaña, también se llama Edith, y yo no dejo de observar su rostro porque en realidad es igual que la señora que se muestra en todas las fotos que voy mirando. Será su hermana gemela?, o quizás una fotocopia de ella?, o quizás se ha hecho la cirugía estética para parecerse más y más a la Edith. Estoy muy confusa y se lo hago saber a papá muy disimuladamente al oído. Papá se ríe como siempre, y me dice; - No Cleo, esta señora no es ella, lo que ocurre es que a veces cuando admiramos mucho a alguien, acabamos pareciéndonos irremediablemente e inconscientemente a esa persona -. Edith, la dueña del hotel, nos ha mostrado la habitación muy amablemente, y ha desaparecido como un suspiro. Así me parece a mí la mujer francesa, un suspiro, eso es, como un suspiro que hace el aire cargado de perfume, o un suspiro de acordeón, de un bello acordeón del que caen las notas de la Via en Rose. Observo que la cama es de matrimonio, ¿ será que papá siempre viaja acompañado aunque mamá se pudra en el cacho de tierra de abajo?, jajajaja. Pues bien, sobre la gran cama hay un librito que cuenta la vida de esta mítica cantante. Lo coloco entre mis manos mientras me doy cuenta de que la música de fondo que se escucha y se extiende sobre la habitación es de ella, de Edith Piaf, la Piaf. Papá se va a hacer unos largos sobre la redonda bañera, Y comienzo a leer este librito.

Edith nació en Paris en la calle de Belleville, muy cerquita de aquí en Pigalle, bajo la luz de una farola en la madrugada del 19 de Diciembre de 1915. ¡ Qué frío, madre mía, y por qué nació en la calle, digo yo?. Atendida por un gendarme, quien la cubrió con su capa. ¿ Pero es que entonces no había comadronas?. Pero sus papás se separaron al poco tiempo, su papá era acróbata y contorsionista, y su mamá era una cantante italiana, a la que le gustaba mucho el morapio. Ya sabéis los problemas de este cacho de tierra, que la vida es a veces demasiado dura, para algunos..... más. Comenzó a vivir a cargo de su abuela paterna, una mujer árabe que regentaba un puticlub, y que curiosamente se había ganado el sustento como domadora de pulgas, un arte curioso y popular a principios del siglo XX. ¡¡ Ay va..... que way, ya el gran Sócrates estaba muy interesado en medir el salto de una pulga, aunque pienso yo, que cada pulga tiene su fuerza y capacidad diferente !. Su papá apenas ganaba unas monedas para llevarlas a casa.
Cuando Edith tuvo cuatro años, en la durísima posguerra parisina de 1919, una meningitis la dejó ciega, pero poco después recobró la vista, gracias, según explico su abuela, al devoto peregrinaje a la iglesia de Santa Teresita del niño Jesús, en Lisieux, que su abuelita hizo por ella. Fijaros qué casualidad, yo soy una apasionada de la vida de Santa Teresita de Lisieux y su caminito, y de la que quiero escribir una novela cuando me haga mayor, eso... cuando sea mayor, se lo he prometido a mi santita. Pues bien, ya a los diez años Edith comenzó a cantar por las calles de Paris, sólo cantaba la Marsellesa, porque no sabía otra canción, recogiendo las escasas monedas que le arrojaban. ¡ Realmente que bonito, qué bella mujer esta Piaf !!, siempre me ha apasionado todo aquel que comienza a realizar su arte sobre las calles de cualquier pueblo o ciudad. Tienes todo el público que por allí se pasea, y tú desprendes tu arte, aunque es cierto que a veces la gente ni mira al pasar, bastante tienen ya con sus problemas....... . Cuando Edith cumplió 15 años conoció a su hermanastra, hija legítima de su padre, Simone, y juntas, mientras Edith cantaba, Simone hacía malabarismos y recogía las monedas del pueblo. Dormían en las calles, guareciéndose como podían de la dura intemperie, y sin poder comer comida caliente un día sí, y otro también. Cuando Edith tuvo una niña con 16 años, le puso de nombre Cestelle. Cestelle murió con dos añitos apenas a causa de una meningitis, y llena de tristeza Edith se dio a la mala vida. Es decir peor vida todavía, pero ella siguió cantando sobre las calles para poder sobrevivir. Porque ella había nacido para cantar y ofrecer su canto a todo el universo. Y precisamente es en una de esas calles donde se tropezó con la suerte, ya que conoció a Louis Leplée, propietario del lujoso cabaret Gerny´s. Louis la escuchó cantar sobre la calle y quedó enamorado de la voz de la Piaf, esa voz entre rasgada, dulce y profunda. ¡ Qué vida tan interesante pienso para mi !. Pero la mala suerte perseguía a nuestra protagonista, y unos meses más tarde alguien asesinó a Louis. Edith lo pasó fatal, hasta que se recompuso y comenzó a trabajar disciplinadamente en sus canciones y fue capaz de volver a tener nuevos éxitos de la mano del letrista Raymond Asso, con el cual también comenzó amores. Películas, Teatros, giras por toda Europa y América, donde conoció a Marlene Dietrich, con la que comenzó una amistad que le duró toda la vida. Jo¡¡ a mí también me hubiera gustado conocer a Marlene, qué suerte !, aunque qué rara debió de ser !. Más tarde se dedicó a ayudar a muchísimos artistas noveles, como Yves Montand, Georges Moustaki, Eddie Constantien o Charles Aznavour, con los que mantenía apasionados romances hasta que se cansaba y los abandonaba. ¡ Jo que Tía, está si que se lo pasó bien !. Pero O la lá, le llego el gran amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, se conocieron en 1946, Edith tenía entonces 31 años. Por lo menos conoció el amor, pienso yo. Los dos estaban muy enamorados, pero Marcel murió en un accidente de aviación a los tres años de relación. ¡¡¡¡¡ Me caguenlá, la profesión de papá, ya puede tener cuidao con el dichoso volante, echándolo hacia delante y hacia atrás, que a veces lo mueve demasiao, y no se confunda si despega o aterriza !!!.
Edith ya estaba perdida del todo, amantes, cada vez más jóvenes, nuevas relaciones infructuosas que no le aportaban la suficiente estabilidad, drogas, tranquilizantes y alcohol, la fueron manteniendo un poco en pie. Hasta que murió de esta vida tan intensa a la edad de 49 años.
Edith fue enterrada en el cementerio Pére Lachaise, muy muy cerquita de la calle donde nació, y según sus deseos junto con sus peluches, dos liebres y un leon, que fueron enterrados con ella, para que le acompañaran en el viaje hacia el más allá. Ya veis, que vida tan corta e intensa, tan difícil todo, tanto tornar, encontrando la felicidad a cachitos, para volver como tantos, como todos, al mismo sitio que hemos nacido, pero de otra forma. Pero yo, Cleo, estoy muy contenta de haberme leído este librito de este hotel dedicado a ella, a la vida de Edith Piaf, porque hizo mucho mientras vivió, y nos quedan y quedarán siempre para toda la eternidad sus bellas canciones. Un beso desde aquí Edith Piaf.
Vamos a estar toda esta semana en París, para conocerlo aprovechando que papá tiene unos días libres, y el domingo despegamos rumbo a África. Un beso de Cleo.

lunes, enero 01, 2007

Rumbo a París

Voy sentada junto a papá en la cabina de mandos de nuestro Boeing 747, recién horneado de fábrica. Y todo huele a nuevo, los asientos, el plástico, la moqueta, y hasta las azafatas, porque cuando me besan el cuello les huele a nuevo. Pero papá tiene ese mismo aroma a nuevo, como una mezcla de perfume francés, viento fresco, y mucha limpieza, asepsia que dice mamá, aunque la verdad, no sé de donde se ha sacado esa palabra. Vamos ya rumbo a París, es mi primer viaje fuera de mi ciudad, Madrid, y estoy desatada.
Papá dice que París es una de las ciudades más bellas del mundo, que es la capital francesa, y está en una región llamada Ille de la France. Hay mucha gente allí, unos dos millones de personas, y dice papá que allí reside la quinta parte de todas las personas que ocupan Francia. Son las 11:00, y llegaremos a París en apenas dos horas, con este reactor que lleva papá. Federico es el copiloto que siempre acompaña a papá, y yo veo que Federico le hace caso en todo, en cada palabra de papá, en cada gesto, y cada diez minutos aproximadamente le confirma Fede que las coordenadas son correctas, y le cuenta la proximidad y ruta de otras aeronaves cercanas. A mí me da respeto todo esto, pero a la vez me atrae como un imán. Yo sólo veo nubes esponjosas y blancas, y un cielo tan azul que podría escribir y dibujar con mis yemas sobre el.
Llevo unas Ray-Ban que papá me ha comprado en el aeropuerto, porque aquí la luz es mucho más intensa que en el cacho de tierra de abajo, donde ahora vive mamá esperándonos con sus amigas pichis. Estoy muy guapa, eso le dice papá a Federico sonriéndole. Federico es muy simpático, porque me hace mucho caso y además me trata como si yo fuera una persona mayor, o al menos eso es lo que a mí me parece.
Por fin hemos llegado a París, papá lo avisa por megafonía. La ciudad de las luces la llaman todos, las azafatas, papá, Federico, y es verdad, aquí hay mucha pero que mucha luz. Será que la luz de verdad, la entera, sólo llega a París?. Estamos bajando con el avión al aeropuerto Charles de Gaulle, informa papá de nuevo a los pasajeros. Yo me he agarrado muy fuerte a la espalda de papá, como hace la mochila al paracaidista, porque tengo mucho miedo. Pero papá se ríe – jajajajajaja – y me tranquiliza. Los dientes me castañean, y mi cuerpo es el de un esqueleto agitándose, y para vencer este miedo, le pregunto a papá.

- Papá ¿ quién era Charles De Gaulle? – mientras veo como papá va acercando el volante hacia su pecho al descender a París, la verdad no sé como se aclara, que trajín se lleva con el dichoso volante.
- Fue un oficial francés al que le gustaban mucho los tanques, y que llegó a ser presidente de la república francesa. Tiene una frase muy bonita Cleo, que dice así, “ Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien si los cree”, y escribió un libro titulado “Memorias de la guerra”. Pero eso a ti, ahora no te interesa.
- ¿ Qué son las guerras, papá?, he oído hablar de ellas, pero no sé qué son, ni quién son?
- Son algo muy feo que ha inventado el hombre, Cleo, y la verdad, ni el hombre mismo sabe por qué la ha inventado.
- Son como niños, papá, por eso la han inventado, para jugar y esas cosas que hacen los niños.
- Pero a ti, Cleo, no te he visto nunca jugar con tus amigos, Manolito, Cuquí y Ponpón a las guerras.
- Que a mí me gustan las muñecas papá, me vuelven loca. Pero ellos cuando están juntos juegan siempre a los territorios, que a mí me extraña, porque toda la tierra está en un mismo sitio, y no sé por qué hay que separarla tanto, y siempre están con pistolas, y con tirachinas, y con dragones de plástico, todo tan agresivo papá.
- Ya pero si estuvieran siempre jugando con muñecas también te extrañaría, no?
- Manolito sólo juega con muñecas, es un primor, y no me extraña nada, nada, nada......Mira papá, mientras los niños jueguen con pistolas y a los territorios, siempre habrá guerras, así es que no me convences, prefiero a un Manolito jugando siempre con el Lucas – osease el novio de la Nancy – O a un Manolito jugando con la Nancy el Lucas a la vez, jajaja......
- Sí Cleo, jajaja......

Y por fin papá con su volante ha aterrizado junto con Federico, el guapo de Federico – se parece mucho al Lucas -, y han aparcado el 747 - que aún no sé por qué se llama así - a la vez. Porque yo veo que papá y Fede hacen todo a la vez, con una simetría exacta, como dos mellizos o dos gemelas, como los hijos de Teru - pichi amiga de mamá - que se llaman Cuco y Cuca, y que siempre todo lo hacen igual.

Y ya estamos descendiendo por la escalera del avión y comienzo a respirar muy hondo...........YA ESTOY EN PARÍS........PARÍS.......OLALÁ.............................