Recuerdos de Safo Transparente

Safo, la de la piel oscura y morena, la de los ojos de violeta, de figura pequeña y delgada, pero tan grande. Nació en la aldea de Eresos, aproximadamente en el año 612 antes de Cristo, y más tarde se trasladó a Mitilene. Hija de Cleis y de Escamandrónimos, rico y próspero comerciante de vinos. Son famosos los vinos lesbios. La fortuna de Safo, heredada de familia, provino del saqueo a Troya, ya que su padre fue combatiente de aquella épica guerra. Cuando Safo tenía seis años, su padre fue llamado de nuevo a la guerra entre lesbios y Atenienses, y Escamandrónimos murió. Safo tenía dos hermanos más pequeños en edad, y ella se hizo cargo del negocio familiar de vinos. Más tarde, contrajo matrimonio con un rico mercader llamado Cerciclas, proveniente de la isla de Andros, con quien tuvo una hija a la que llamó Cleis, como su madre.

Por esas luchas de la aristocracia, el tirano que gobiena en Mitilene, Pitaco, la destierra a Sicilia, pero debido a la riqueza de su familia, su exilio fue un exilio dorado. Safo siempre consiguió vivir en su particular mundo inundado de poesía, incluso en el exilio. Entonces, entre los griegos, era muy aceptado el amor entre mujeres, igual que era muy aceptado el amor entre hombres. Safo no se conformó con eso, sino que lo divulgó a los cuatro vientos con su espléndida lírica. Fue conocida por referencias en 1900, cuando unas centenas de sus versos fueron encontrados sobre un papiro egipcio.
Utilizaba con mucha asiduidad un instrumento musical parecido a la lira, llamado el bárbito, la poesía y la música estaban enlazadas para ella. Safo, mujer de corazón ardiente se enamoró en muchas ocasiones con una intensidad propia de su apasionado carácter. Sus creaciones fueron destruidas por la intolerancia de los cristianos y los musulmanes cuando quemaron la famosa biblioteca de Alejandría, pero ésto fue mucho después. Ideó la métrica conocida como oda sáfica o endecasílabo sáfico, acentuados en la cuarta, octava y décima silaba. Escribió nueve libros de odas, elegías, himnos y epitalamios o poemas nupciales, que dedicó a sus alumnas en sus bodas. Su poesía tuvo una gran acogida en la Antigüedad, y sirvió de fuente de inspiración a grandes poetas, como Teócrito o Cátulo. Mi querido Platón la llamó la "décima musa". Aunque realmente, para mí, Platón es una musa que no tiene numeración clasificable, de tan grande que fue como escritor. Muchos de los poemas de Safo eran monodias, canciones que eran interpretadas por una sola voz con el acompañamiento de una lira.
Safo, dedicó el resto de su vida a la enseñanza. En esa época era costumbre que las familias acomodadas enviaran a las jóvenes a centros de educación, llamados thiasos, para prepararlas para la vida conyugal y social. El thiasos de Safo no se dedicaba únicamente a educar a las mujeres en los deberes sociales. Safo, tuvo el arte de transformar su escuela en un centro de las artes, donde se enseñaba poesía y música. Era incluso un centro religioso, donde se adoraba a las Musas, a Afrodita y a Eros, y gozó de gran renombre no solo en Lesbos sino también en todo el mundo griego. Como he dicho antes en la antigüedad se consideraba normal que las mujeres se expresaran entre ellas sentimientos de gran intensidad, lo mismo que entre los hombres. Safo, por su sentir y su saber, los expandió por todo el universo celeste con esa gran delicadeza y sensibilidad personal. De lo poquito que nos ha llegado de ella - por la extraña forma de actuar del hombre - es mucho. Porque su belleza se puede contemplar en toda su plenitud. Cuantos poetas han escrito demasiado, y tan sólo es bueno un poema o poquitos, de todo lo que han escrito....

Tras su muerte, en Mitilene fueron acuñadas monedas con su efigie, y los atenienses erigieron una estatua de bronce en su honor.

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http://audio.urcm.net/archivo/mp3/pms_Safo.mp3

Cleo