domingo, abril 08, 2007

" La Vendedora de Tornillos o el Tratado de las Almas Impuras " de Pilar Bellver


Extraordinaria historia. Por un lado nuestra protagonista, una creata de publicidad, asqueada de la hipocresía general social laboral, que decide abandonar su bien pagado trabajo. En realidad laboralmente no sabe muy bien hacia donde se dirige ni donde va a acabar, su intención es la de escribir un guión cinematográfico, sin ningún contrato firmado de por medio, algo a la aventura. Pero nuestra protagonista da ese paso tan arriesgado a la vez que decisivo, propio de una persona con mucha fuerza, a la vez que con una cierta solidez económica. Y en este devenir en el que nos sitúa la narradora, conocerá a la real, impresionante, especial, tierna, original, versátil vendedora de tornillos de una fábrica de Navalcarnero. Y allí empieza lo mejor. Los diálogos entre nuestra narradora y la vendedora de tornillos son de tal naturalidad, que te hacen sentir que estás allí con ellas, presenciando sus conversaciones. Nuestra protagonista ha sentido el deseo en varias ocasiones hacia otras féminas, pero sin acabar de hacerse real en ningún momento. Únicamente posee en su haber un encuentro esporádico en el diván de las caléndulas con una bella costurera en Atenas. Nuestra vendedora de tornillos ha sido mucho más permisiva en darle a su placer lo que en un momento determinado le reclamara. Ha estado en el diván con bastantes damas. Pero he aquí el cuarteto amoroso. Nuestra vendedora de tornillos se enamora de nuestra narradora y encuentra en ella el amor de su vida. Nuestra narradora la quiere mucho, mucho, pero no la desea. A pesar de ello, mantienen una relación en todos los sentidos de tres años, viaje aquí y viaje allá. Marcela, ama a nuestra v. de tornillos. Pero llegado a este punto, nuestra narradora conoce a Yolanda, una atractiva mujer, dueña de un restaurante en Pamplona. Ya que en este momento n. Narradora trabaja como viajante comercial de unos exquisitos vinos. Yolanda desde el primer momento se convierte en el deseo y en el verdadero amor de n. Narradora. Al igual que el verdadero amor para Marcela es nuestra vendedora de tornillos, el verdadero amor de su vida. Pero la historia siempre se repite. V. de tornillos quiere mucho a Marcela, la quiere muchísimo, pero no la ama. Y ciertamente tiene que renunciar a su verdadero amor, que es nuestra narradora, ante la aparición de Yolanda en su vida.

Preciosa novela. Quiero creer, es más lo creo - siempre me gusta imaginar otros finales - que nuestra querida, mi querida vendedora de tornillos, está todavía por encontrar a su verdadero amor... Para así cerrar el círculo... que siempre y por destino ha de concluirse... Ya que el único poseedor del amor es el alma, para nada los cuerpos o los deseos. Amamos a alguien de una forma extrasensorial apenas perceptible por nuestros sentidos, mucho más potente que ellos, tanto que los emborracha. Y a través de esa atracción de almas viene el absoluto deseo de los cuerpos. Aunque no tengan nada que ver con nuestras supuestas apetencias.... Y es así, que nuestra v. de tornillos ha de encontrar todavía a esa alma gemela que le pertenece, y que encontrará un día en sus caminos vendiendo tornillos de la fábrica de Navalcarnero. Hermosa historia Pilar Bellver. Y por cierto, nombra en numerosas ocasiones a mi ciudad, Zaragoza. Será que en Zaragoza hay muchas lesbianas ?, jajaja, es una broma.....
Cleo

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